San Gil – Colombia, 1938
Su obra se ubica con la de aquellos grandes que han jugado con la geometría tridimensional y bidimensional en la medida justa. Tenemos así que Ardila entra en contacto con una imagen (tangible o abstracta) y la sintetiza a través de un proceso de dibujos que van de lo orgánico a lo geométrico y de lo emocional a lo cerebral, logrando una síntesis con soluciones justas.